Es importante señalar, antes de comentar la película, el trato que le dan los exhibidores a los documentales que se estrenan en México. Al principio, cuando iniciaba mis visitas constantes al cine, pensaba que los documentales eran segregados por el tema que abordaban, por la calidad artística o por el país de origen, sin embargo, con los años aprendí que nada de eso afecta su pésima distribución y exhibición. Los programadores, que en su mayoría son administradores de empresas, son los que determinan el destino de las películas que se muestran en los multiplex (un cine con varias salas). Estos “conocedores de cine” se han encargado de desaparecer en una semana –antes eran dos– todos los documentales que llegan a la cartelera mexicana; las prácticas son harto conocidas: 1) zonas de exhibición donde no hay público para estas películas, 2) horarios infames (por ejemplo, 11: 00 AM y 22:30 PM), 3) el documental siempre debe compartir la sala de exhibición con el éxito hollywoodense del momento, y 4) dentro del cine, son inexistentes los posters promocionales de la película. Por todo lo anterior, se darán cuenta que ver un documental en su corrida comercial es casi imposible; afortunadamente la piratería y el lanzamiento en DVD hacen posible la distribución de documentales excepcionales, como es el caso del que les voy a reseñar
El 7 de Agosto de 1974, en plena mañana, una chica alertó a los transeúntes que un equilibrista estaba cruzando las Torres Gemelas. El evento hizo que inmediatamente todos voltearan y admiraran la hazaña que se estaba llevando a cabo. Tal situación mágica estaba cambiando la vida, no sólo de los que observaban, sino, de los cómplices de aquel gran sueño que nunca volvería a repetirse.
Man on wire nos narra las aventuras, y desventuras, de Philippe Petit para poder realizar su sueño de cruzar las Torres Gemelas. Lo interesante de este documental, sin duda, es la edición tan bien realizada, pues, gran parte de la tensión y el suspenso de la trama recaen en la buena elección y organización del material presentado por el director. En este sentido, el director se valió del libro de Petit, To Reach the Clouds, para organizar, en lo posible, su guión. El filme se construyó, en general, a través de entrevistas con los protagonistas y, aparte, se acompañó el discurso con fotografías y dramatización de algunos eventos (por ejemplo, el traslado del equipo a ambas torres). En general, la cinta nos muestra la perseverancia y la fortaleza que necesitó Philippe Petit para lograr la hazaña que lo catapultó a la fama; pero, por otro lado, y es lo que quiero resaltar, también se muestran las consecuencias de un evento como éste, es decir, el director hacia el final deja entrever, con indicios, que tanta fastuosidad y gloria modificó irremediablemente la vida de quienes participaron en ello.
James Marsh, un director desconocido para mi, demostró que el género documental pude presentar otros temas. Incluso, su trabajo le valió el reconocimiento de la academia estadounidense en los premios Oscar del 2009. Habrá que esperar para ver otros trabajos de este director y poder saber si estamos ante un nuevo valor dentro del género o no.
Para terminar, al ver Man on Wire me preguntaba por qué una basura como Iron Man 2 se había estrenado una semana antes en nuestro país que en EUA y este gran documental, que se estrenó en 2008, llegó con 2 años de retraso.
El 7 de Agosto de 1974, en plena mañana, una chica alertó a los transeúntes que un equilibrista estaba cruzando las Torres Gemelas. El evento hizo que inmediatamente todos voltearan y admiraran la hazaña que se estaba llevando a cabo. Tal situación mágica estaba cambiando la vida, no sólo de los que observaban, sino, de los cómplices de aquel gran sueño que nunca volvería a repetirse.
Man on wire nos narra las aventuras, y desventuras, de Philippe Petit para poder realizar su sueño de cruzar las Torres Gemelas. Lo interesante de este documental, sin duda, es la edición tan bien realizada, pues, gran parte de la tensión y el suspenso de la trama recaen en la buena elección y organización del material presentado por el director. En este sentido, el director se valió del libro de Petit, To Reach the Clouds, para organizar, en lo posible, su guión. El filme se construyó, en general, a través de entrevistas con los protagonistas y, aparte, se acompañó el discurso con fotografías y dramatización de algunos eventos (por ejemplo, el traslado del equipo a ambas torres). En general, la cinta nos muestra la perseverancia y la fortaleza que necesitó Philippe Petit para lograr la hazaña que lo catapultó a la fama; pero, por otro lado, y es lo que quiero resaltar, también se muestran las consecuencias de un evento como éste, es decir, el director hacia el final deja entrever, con indicios, que tanta fastuosidad y gloria modificó irremediablemente la vida de quienes participaron en ello.
James Marsh, un director desconocido para mi, demostró que el género documental pude presentar otros temas. Incluso, su trabajo le valió el reconocimiento de la academia estadounidense en los premios Oscar del 2009. Habrá que esperar para ver otros trabajos de este director y poder saber si estamos ante un nuevo valor dentro del género o no.
Para terminar, al ver Man on Wire me preguntaba por qué una basura como Iron Man 2 se había estrenado una semana antes en nuestro país que en EUA y este gran documental, que se estrenó en 2008, llegó con 2 años de retraso.